lunes, 9 de mayo de 2011

Bueno, a pedido de Martu se viene el segundo!

Capítulo 2: Los tres segundos más incómodos de mi vida.



Entonces lo ví. Era el chico de la bicicleta, y ahora podía verle el rostro. Tenía unos hermosos ojos verdes, que contrastaban en su tono de piel bronceado. Me sonrió y yo, extremadamente nerviosa, le respondí con otra sonrisa.

<--- Éste es el chico.












Fueron los 3 segundos más incómodos de mi vida. Para mi suerte, sonó el timbre y tuve que entrar a clases. Así que caminé casi trotando, entré al aula y me senté. Bien al fondo, para no llamar la atención.



<-- Ésta es mi aula.










-Buenos días alumnos- el profesor entró y todos dejaron de hablar. Yo temblaba de miedo. Generalmente me asustan los profesores.
Miré a mi alrededor y ví que todos estaban separados como en "grupos". Adelante y a la derecha estaban los más estudiosos, a la izquierda un grupo de chicos que parecían animales. Todo el tiempo gritaban y se lanzaban cosas. Atrás de ellos un grupo de unas cinco chicas. Todas con ropa y peinados de revista. Maquilladas, con sus súper celulares en la mano y no paraban de susurrarse entre ellas. Mientras que al fondo y a la derecha estaban sentados en silencio dos chicos que no parecían conocerse, una chica y, por supuesto, yo.
El profesor apoyó sus libros sobre el escritorio y escribió su nombre en la pizarra. Uno de los "animales" del frente le lanzó un bollo de papel. Él se dio vuelta, lo miró firmemente, tiró el papel al cesto de la basura y continuó escribiendo.
Cuando finalmente terminó, comenzó a hacer preguntas como: Para ustedes, qué es la historia? Les parece útil estudiar nuestro pasado? Yo simplemente intentaba pronunciar en voz baja el apellido del profesor. El resto de la clase lo miraba sin decir una palabra, a excepción de los chicos que encontraban un comentario inadecuado para cada frase que salía de la boca del profesor.
Así siguió unos minutos, hasta que caminó dando pasos largos y se acercó a el grupo de chicas a mi izquierda. Ellas seguían enviando mensajes en sus celulares, como si nada pasara. Las miró y les dijo: -No se permiten celulares en clase, voy a tener que quitárselos.- a lo que ellas respondieron con un gesto de asombro, como sorprendidas del reto del profesor.
-Las reglas son claras, señoritas. Sus celulares por favor.- ellas le dieron sus celulares y él continuó unos diez minutos con sus preguntas dibagantes, hasta que, por suerte de todos, alguien tocó la puerta.
-Adelante- dijo el profesor.
-Buenos días alumnos. Quería presentarme, yo soy la coordinadora de primer año. Si alguien tiene alguna inquietud puede pasar a mi oficina durante la tarde. [...] - siguió hablando de la escuela por un rato, yo solo quería que terminara.
Después de varios minutos (casi media hora, no quiero exagerar) sonó el timbre y todos salieron al pasillo. Yo no entendía nada, así que hice lo que todos.
Como no conocía la escuela todavía, decidí recorrer un poco el lugar. No todo, sólo lo suficiente para no perderme entre clases. Todo era nuevo, grande y confuso para mí.
Caminé hasta el final del pasillo, donde se abría en dos nuevamente para formar otra tira de aulas. Miré a ambos lados y me llamó más la atención ir hacia la derecha, así que seguí mi instinto. A unos 10 metros había una escalera bastante ancha, con barandas a los costados y escalones de cemento.

 <-- Ésta es la escalera.











Subí hasta el piso de arriba para ver que había, pero en cuanto pisé el último escalón me arrepentí. Allí estaban las aulas de los más grandes, y me intimidaban con sus miradas extrañas así que volví a bajar rápidamente y continué mi recorrido como si nada.
Así pasaron casi diez minutos, de modo que decidí volver al aula por si terminaba el recreo.
Llegué de nuevo al pasillo y miré mis horarios. Todavía faltaban como cinco minutos para mi próxima clase, que sería en otro salón. Agarré mi mochila y mis libros y comencé a caminar en busca del aula. Estaba totalmente desorientada y no tuve mejor idea que llamar por teléfono a Victoria (mi hermana).



<-- Éste es mi celular.










-Hola?
-Hola
-Ah, sos vos. Qué querés?
-Estoy en la escuela y..
-Ay no me digas! Pensé que estabas en Francia ¬¬
-Me dejás terminar de hablar?
-Apurate que ya toca el timbre
-Dónde queda el aula 24?
-Es la última, al fondo del pasillo. Chau!
-Pero cuál de tod..
-Pip pip pip.

Y ahora qué hago? Pensé. Debe haber más de 5 pasillos en toda la escuela.


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Y ese fue el segundo. Les gusta?

Lali. 










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