Cerró su facebook y yo iba a entrar en el mío pero decidí mejor no hacerlo, porque mis papás seguro iban a darse cuenta. Así que apagué la compu y la guardé.
-Juanba- le dije pensando
-Qué pasa?
-Me acabo de dar cuenta de que en dos meses es mi cumpleaños!
-Cómo “me acabo de acordar”? No te acordás de tu cumpleaños?
-Sí, pero esto es distinto.. osea no planee nada todavía.
-Pero para, cumplís quince?!
-Y si, si tengo catorce. Después del catorce qué viene Bauti? Pensá un poquito con esa cabecita hermosa que tenés- me reí.
-Bueno, por lo menos me acuerdo de mi cumpleaños..
-Pero en serio, tengo que ver qué hago! Porque plata no tengo, salvo que mis viejos me quieran pagar la fiesta con lo caro que sale.
-Pero son tus papás, aparte como si no tuvieran plata.
-No pasa por ahí, es que estoy peleada con ellos.
-Algún día se van a arreglar.
-Pero y si ese día no es antes de mi cumple?
-Creéme que sí.
Pasamos un rato hablando de mis padres y escuchamos el timbre. Ví que él se intentaba levantar, entonces lo interrumpí.
-Deja, yo abro. Vos quedate.
Obedeció y yo bajé las escaleras. Suponiendo que era Sofi, abrí la puerta con mucha confianza (confianza que perdí inmediatamente después de pegar un portazo tan fuerte que hizo bajar de su cuarto a Juanba).
-Dame la llave.
-Qué?!- me contestó.
-Dale, dame la llave.
Cerré con llave y le dije que se no abriera la puerta.
-Qué pasa?
-Shhh.. es mi mamá, eso pasa.
-Abrile. Tienen que hablar en serio.
-Pero yo no tengo nada que hablar con ella.
-Y tus quince?
-Mis quince no importan ahora Bauti.
-A mi sí me importan así que abrile la puerta, hacelo por mí.
Abrí la puerta con mucho cuidado y la hice pasar. Venía sola, por eso no me preocupé tanto.
Nos sentamos las dos en el sillón y Juanba se fue a la cocina.
Se veía en su mirada que estaba muy arrepentida, y que venía a pedirme perdón. No hizo falta decir nada para que nuestros ojos se llenaran de lágrimas y nos diéramos un cálido y largo abrazo.
-Perdón hija, no quería que las cosas terminaran así.. Tampoco papá. Lo que pasa es que estamos muy sensibles con ese tema. Nunca te lo dijimos, pero yo a los 16 años quedé embarazada y no pude terminar la secundaria. Cuando el bebé cumplió un año pude terminar los papeles para darlo en adopción, pero ya era tarde para recuperar mi juventud. Tenía casi 18 años y ya no tenía plata para empezar una carrera universitaria. Fue en ese momento cuando conocí a tu padre, que me ayudó a salir de tan horrible situación y por fin pude, a los 19 años, terminar la secundaria y empezar a estudiar en la facultad.
La abracé nuevamente y no pude decirle más que “perdón”.
-Vas a volver a casa?
-Sí, pero lo voy a seguir viendo a Bauti, ¿no?
-Siempre y cuando se cuiden. Igual se nota que te quiere mucho.
Las dos sonreímos y Bauti entró nuevamente. Justo tocaron la puerta y él se acercó a abrir.
Apenas entró Gonza, corrió a abrazarlo.
-Cómo estás bro? Qué te pasó?
-Ahora mejor, y es larga la historia. Me pasaron varias cosas.
-Tengo tiempo.
-Vení, vamos arriba que te cuento.
Los dos subieron y yo iba a cerrar la puerta, cuando vi a Sofi en la puerta.
-Sofiiiii! – corrí hacia ella y la abracé muy fuerte.
-No sabés lo preocupada que me tenías Flor! Qué pasó?
-Mucho pasó.. te cuento arriba.
A todo esto mi mamá seguía sentada en el sillón. La abracé muy fuerte y le dije que la perdonaba, pero que prefería esperar a que Juanba mejorara para volver a casa. Ella entendió, y se fue.
Subimos las escaleras y golpeamos la puerta del cuarto de Bauti.
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Perdón por haber dejado de publicar capítulos, prometo hacerlo más seguido!
Lali.
